Londres (EFE) .- Unos fósiles de un nuevo dinosaurio terópodo hallados por un grupo de científicos en China aportan una explicación lógica a la evolución experimentada por las aves y ayudan a entender cómo es posible que las “manos” de cinco dedos de los dinosaurios se convirtieran en alas. La teoría de que los pájaros descienden de los terópodos ha sido comúnmente aceptada, pero todavía había incógnitas por despejar sobre su evolución hasta la aparición de los huesos del “eslabón perdido” entre unos y otros, un dinosaurio terópodo llamado “Limusaurus inextricabilis”.
Los terópodos conocidos hasta ahora tenían cinco dedos en su mano, de los cuáles los tres primeros estaban más desarrollados que los otros dos. Sin embargo, la observación de los embriones de las aves sugerían que éstas proceden de la evolución de los tres dedos centrales.
Los fósiles del “Limusaurus” -hallados en 2008 en el desierto de Gobi, al noroeste de China- tienen, al contrario que el resto de terópodos conocidos hasta ahora, el primer dedo sensiblemente más reducido y los tres centrales más desarrollados, lo que sí coincide con la evolución experimentada por las aves.
La investigación, publicada hoy por la revista ‘Nature’, ha sido llevada a cabo por el profesor Xing Xu, del Instituto de Paleontología Vertebrada y Paleoantropología de Pekín (China), y el profesor James Clark, de la universidad George Washington (EE.UU.).
Los “Limusaurus” fueron unos dinosaurios picudos, pequeños y herbívoros, otro detalle, este último, que los diferencia de la mayoría de terópodos conocidos, como el “Tiranosaurio Rex”, que eran carnívoros.
Los fósiles analizados apuntan a que vivió hace cerca de 160 millones de años, además de ser uno de los primeros miembros del grupo de terópodos conocido como ceratosaurios.
La creencia de que las aves proceden de los terópodos se debe a que estos dinosaurios se sostenían en sólo dos piernas y tenían tanto sus extremidades inferiores como la pelvis similares a los de los pájaros actuales.
Según los autores de este estudio, el hallazgo del “Limusaurus” demuestra que los dinosaurios del período jurásico eran más diversos de lo que se pensaba hasta ahora.
“Este nuevo animal es fascinante en sí mismo y puesto en el contexto de la evolución de las especies ofrece pruebas de cómo la mano de las aves evolucionó”, señaló el profesor Clark. Su colega, el profesor Xu Xing, subrayó: “Este descubrimiento es verdaderamente importante, ya que cambia lo que pensábamos que sabíamos acerca de la mano de los dinosaurios.
Es increíble encontrar coincidencias entre los huesos de hace millones de años y moléculas de las aves actuales”.
Los terópodos conocidos hasta ahora tenían cinco dedos en su mano, de los cuáles los tres primeros estaban más desarrollados que los otros dos. Sin embargo, la observación de los embriones de las aves sugerían que éstas proceden de la evolución de los tres dedos centrales.
Los fósiles del “Limusaurus” -hallados en 2008 en el desierto de Gobi, al noroeste de China- tienen, al contrario que el resto de terópodos conocidos hasta ahora, el primer dedo sensiblemente más reducido y los tres centrales más desarrollados, lo que sí coincide con la evolución experimentada por las aves.
La investigación, publicada hoy por la revista ‘Nature’, ha sido llevada a cabo por el profesor Xing Xu, del Instituto de Paleontología Vertebrada y Paleoantropología de Pekín (China), y el profesor James Clark, de la universidad George Washington (EE.UU.).
Los “Limusaurus” fueron unos dinosaurios picudos, pequeños y herbívoros, otro detalle, este último, que los diferencia de la mayoría de terópodos conocidos, como el “Tiranosaurio Rex”, que eran carnívoros.
Los fósiles analizados apuntan a que vivió hace cerca de 160 millones de años, además de ser uno de los primeros miembros del grupo de terópodos conocido como ceratosaurios.
La creencia de que las aves proceden de los terópodos se debe a que estos dinosaurios se sostenían en sólo dos piernas y tenían tanto sus extremidades inferiores como la pelvis similares a los de los pájaros actuales.
Según los autores de este estudio, el hallazgo del “Limusaurus” demuestra que los dinosaurios del período jurásico eran más diversos de lo que se pensaba hasta ahora.
“Este nuevo animal es fascinante en sí mismo y puesto en el contexto de la evolución de las especies ofrece pruebas de cómo la mano de las aves evolucionó”, señaló el profesor Clark. Su colega, el profesor Xu Xing, subrayó: “Este descubrimiento es verdaderamente importante, ya que cambia lo que pensábamos que sabíamos acerca de la mano de los dinosaurios.
Es increíble encontrar coincidencias entre los huesos de hace millones de años y moléculas de las aves actuales”.
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