Bayly es un profesional muy competente, dinámico, hábil y muy inteligente, muchos lo califican que no es serio y todo lo toma en broma pero a mi parecer no es así! .....Por Qué? Porque sabe cuando, donde y con quien hacerlo, y que mejor que en la TV y en su propio programa!
Por el momento creo que está a la altura de postular a la presidencia, y así de esta forma, poner sobre el tapete tantos temas tabúes, que la hipócrita sociedad limeña está empecinada en no tocarla. (esto va para lo políticos, los militaes y la Iglesia que tanto daño le hacen al desarrollo de la nación con sus acostumbradas gollerías).
Estoy a la espera de su lanzamiento oficial como candidatoy que presente sus propuestas, para poder definir mi voto por el.
-----------------------------------------
Mi Apuesta por Jaime Bayly
Autor: Moises Lemlij (Diario Perú 21 - Política Mar. 02 Feb '10 )
¿Es candidato o no lo es? ¿Habla en serio o es una de sus típicas bromas mediáticas? Difícil saberlo tratándose de Jaime Bayly, quien ha hecho de la ambigüedad su marca de distinción. Lo cierto es que el anuncio de que postulará a la Presidencia de la República ha sido la noticia política más comentada y controvertida de estas últimas semanas. Su impacto en el cotarro limeño, las encuestas electorales y el rating televisivo no resultan sorprendentes para alguien que hace más de 25 años se mueve en los medios de comunicación y en la política como pez en el agua.
El ingreso mediático de Bayly a la carrera electoral ha tenido el efecto de un viento fresco y renovador en el habitualmente aburrido y anquilosado debate político nacional, aunque haya puesto de vuelta y media a hombres de sotana de toda laya que sostienen que no hace sino diseminar los malignos efluvios del azufre satánico, para delicia de Jaime y no pocos seguidores. Y es que algunas de las ideas que ha presentado hasta ahora como eje de su programa (político y televisivo) cuestionan los supuestos sobre los que se erige la concepción del mundo tanto de gente de izquierda como de derecha, más allá de si son liberales o estatistas en términos económicos, al poner sobre el tapete la centralidad de la libertad y autodeterminación de la condición humana.
El derecho a unirse en matrimonio con la persona que uno quiera o decida, sea del sexo opuesto o del propio, el derecho de las mujeres a decidir sobre todo lo que atañe a su propio cuerpo, incluso el destino de un embarazo no deseado, o la eliminación de los privilegios tributarios de la Iglesia, son demandas sobre las que Bayly exige, con transparencia, naturalidad y desenfado, que se pronuncien aquellos que desean conducir los destinos de nuestra sociedad nacional, desafiando los prejuicios y la represión de intransigentes pías y pacatos de todo color político que se creen la voz y la mano armada de Dios.
Principios intrínsecos a la libertad, la tolerancia y la igualdad de oportunidades orientan su programa. La reforma del Congreso, la protección del ambiente, la reducción de los gastos militares y –cómo no– la educación igualitaria son otros asuntos prioritarios sobre los que sus propuestas llaman la atención.
Bayly ha logrado, en menos de un mes, plantear con gracia e ingenio temas de fondo que candidatos y electores debíamos haber tomado en serio hace tiempo. ¿Cuánto más podría conseguir a lo largo de un año de campaña? Si a esto se suma lo divertidos que serían los debates frente a cualquiera de sus oponentes y su promesa de no ensuciar el entorno con carteles y banderolas, no tendría dudas en saludar entusiastamente su candidatura.
¿Es candidato o no lo es? ¿Habla en serio o es una de sus típicas bromas mediáticas? Difícil saberlo tratándose de Jaime Bayly, quien ha hecho de la ambigüedad su marca de distinción. Lo cierto es que el anuncio de que postulará a la Presidencia de la República ha sido la noticia política más comentada y controvertida de estas últimas semanas. Su impacto en el cotarro limeño, las encuestas electorales y el rating televisivo no resultan sorprendentes para alguien que hace más de 25 años se mueve en los medios de comunicación y en la política como pez en el agua.
El ingreso mediático de Bayly a la carrera electoral ha tenido el efecto de un viento fresco y renovador en el habitualmente aburrido y anquilosado debate político nacional, aunque haya puesto de vuelta y media a hombres de sotana de toda laya que sostienen que no hace sino diseminar los malignos efluvios del azufre satánico, para delicia de Jaime y no pocos seguidores. Y es que algunas de las ideas que ha presentado hasta ahora como eje de su programa (político y televisivo) cuestionan los supuestos sobre los que se erige la concepción del mundo tanto de gente de izquierda como de derecha, más allá de si son liberales o estatistas en términos económicos, al poner sobre el tapete la centralidad de la libertad y autodeterminación de la condición humana.
El derecho a unirse en matrimonio con la persona que uno quiera o decida, sea del sexo opuesto o del propio, el derecho de las mujeres a decidir sobre todo lo que atañe a su propio cuerpo, incluso el destino de un embarazo no deseado, o la eliminación de los privilegios tributarios de la Iglesia, son demandas sobre las que Bayly exige, con transparencia, naturalidad y desenfado, que se pronuncien aquellos que desean conducir los destinos de nuestra sociedad nacional, desafiando los prejuicios y la represión de intransigentes pías y pacatos de todo color político que se creen la voz y la mano armada de Dios.
Principios intrínsecos a la libertad, la tolerancia y la igualdad de oportunidades orientan su programa. La reforma del Congreso, la protección del ambiente, la reducción de los gastos militares y –cómo no– la educación igualitaria son otros asuntos prioritarios sobre los que sus propuestas llaman la atención.
Bayly ha logrado, en menos de un mes, plantear con gracia e ingenio temas de fondo que candidatos y electores debíamos haber tomado en serio hace tiempo. ¿Cuánto más podría conseguir a lo largo de un año de campaña? Si a esto se suma lo divertidos que serían los debates frente a cualquiera de sus oponentes y su promesa de no ensuciar el entorno con carteles y banderolas, no tendría dudas en saludar entusiastamente su candidatura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario